miércoles, 31 de mayo de 2006

Discriminación salarial en el tenis

http://www.abc.es/20060531/deportes-tenis/hombres-discriminados_200605310254.html


Los hombres, discriminados
El Abierto de Francia distribuirá este año la mayor dotación en premios jamás ofrecida por un torneo del «Grand Slam», 14.265.800 euros (es decir, un incremento del 5,56 por ciento en relación a 2005 y un 35 desde 2000). Esta 76ª edición otorgará, asimismo, el mismo premio a los ganadores del cuadro individual masculino y del femenino: 940.000 euros. La medida es popular. Como se lleva ahora, políticamente correcta. Además, es una vieja reivindicación de las tenistas, quienes alegan formar parte del espectáculo igual que los hombres y en consecuencia merecen los mismos premios.
El argumento no conoce tacha, pero tiene mucho de demagógico. Siempre queda bien abogar por la igualdad de los sexos y el derecho de los hombres y la mujeres a ganar lo mismo por el mismo trabajo. Pero justo en este detalle estriba la polémica. Primero, la igualdad anunciada por los organizadores es relativa. No es como en Australia o el US Open, donde es total. Aquí resulta más publicitaria que otra cosa, ya que sólo alcanza a los campeones. Por ejemplo, el finalista masculino ganará 7.000 euros más que su homóloga femenina. Los cuartofinalistas percibirán 235.000 euros por cabeza, por 223.250 las mujeres. Y así, el desequilibrio llega hasta la mismísima primera ronda: 14.000 para ellos y 12.600 para ellas.
Esta circunstancia ya ha servido para que el presidente de la WTA, Larry Scott, se queje amargamente: «Esto está muy bien para la vencedora, pero hay otras 127 jugadoras que son injustamente tratadas. Las mujeres ofrecen la misma calidad de juego que los hombres y se merecen, y así lo recogen las encuestas entre los aficionados, cobrar lo mismo que los hombres». El mensaje no es sólo para la Federación Francesa, sino también para el resto de los «Grand Slam» y muy en concreto para Wimbledon, que ya ha anunciado que no igualará los premios porque cree que todos están ya bien pagados con lo que reciben.
Más tiempo de juego, más sets...
Tal vez, en el fondo sean conscientes de que en ningún «Grand Slam» los varones y la féminas realizan el mismo trabajo. Ambos, por supuesto, juegan al tenis, pero mientras la categoría masculina disputa sus encuentros al mejor de cinco sets, en la femenina se juega al mejor de tres.
No hay que entrar en cuestiones de más difícil comprobación, como es la opinión generalizada de que el circuito masculino es muchísimo más duro que el femenino. Que los partidos complicados de las mujeres sólo llegan entre las diez mejores de mundo y que a partir de ahí cualquiera del «top ten» se impone habitualmente con mucha facilidad a sus rivales peor clasificadas. Mientras que ningún hombre, ni siquiera el número uno, puede fiarse de ninguno de los cien primeros.
Llevando la discusión a un terreno menos resbaladizo, más empírico, a los números, se extraen curiosas conclusiones. Nadal, por ejemplo, para vencer el año pasado en Roland Garros estuvo en la pista dieciséis horas (le faltaron dos minutos para completarlas). Pocas para lo que suele ocurrir en París, donde lo normal es que el vencedor final llegue a las 20 o más horas. Pero es que el de Manacor fue un claro dominador. Sus tres primeros encuentros los decidió en menos de dos horas y no jugó ningún partido a cinco sets. Pues bien, suponiendo que repitiera actuación y volviera esta temporada a vencer en el mismo tiempo, Rafa cobraría por cada hora en pista la cantidad de 58.750 euros.
Siguiendo el mismo razonamiento con Justine Henin, las cifras se disparan. La belga se proclamó campeona estando en pista 12 horas y media y su minuta por hora disputada ascendería a 75.200 euros. Nada menos que un 28 por ciento más que el de Manacor.
La desigualdad crece si lo que se calcula es el premio por set. Nadal disputó 24, lo que sale a 39.166 euros por manga, y Henin sólo 17, a 55.294 euros por set o, lo que es lo mismo, un 41 por ciento más.
Y la discriminación de la decisión de igualar los premios de los campeones se acentúa si vemos lo que ganaron realmente el año pasado. Rafa Nadal recibió 1,25 millones de dólares. El set le salió a 52.083 dólares y la hora, a 78.125. Henin cobró por su título 975.000 dólares, percibiendo 57.532 por manga disputada y 78.000 por hora de juego. Como se ve, porcentualmente, todo mucho más lógico.
Contra estos argumentos dispara Scott: «En el deporte pasa como en el espectáculo, se paga por la calidad, no por el tiempo. Además, el público paga lo mismo por una entrada de un partido femenino que de uno masculino»
Pese a todo, la sensación de injusticia empieza a adueñarse de los hombres. Nadie se atreve a criticar abiertamente a las mujeres y sus pretensiones -no estaría muy bien visto-, pero la mayoría sí siente que, si se sube el sueldo de ellas, debería incrementarse el de ellos. Sin mencionar a sus colegas femeninas, Nadal ha empezado a encabezar un movimiento reivindicativo aquí en París. Ha utilizado como excusa el día extra implantado por los organizadores: «Deberían subirnos los premios. Si ellos ganan más porque ahora se juega un domingo más, lo que me parece muy bien, tendrían que darnos algo de lo que recaudan».