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"La familia tradicional funciona" - Erin Pizzey, pionera feminista de lucha contra el maltrato a las mujeres, en la BBC: "El sitio de una mujer está en el hogar al cuidado de los hijos"

"La familia tradicional funciona" - Erin Pizzey, pionera feminista de lucha contra el maltrato a las mujeres, en la BBC: "El sitio de una mujer está en el hogar al cuidado de los hijos"

20.05.09 • 05:21 GMT • Javier Monjas - Madrid Email

En 1971 abrió la que se considera como la primera casa-refugio de acogida a mujeres maltratadas en el entorno doméstico. Pronto, la iniciativa se convirtió en la enorme organización de Women's Aid. Erin Pizzey abrió el camino en el que hoy se atrinchera el feminismo en uno de los últimos -si no el único- de los frentes abiertos por las feministas en la guerra de los sexos. Pero, entonces, ¿por qué odian a Pizzey? Un reportaje de la BBC sobre las mujeres que trabajan habrá provocado que su pensamiento e incluso si figura sean aun más odiados por el feminismo "político" que sólo "busca financiación pública", según las palabras de la pionera.

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El nombre de la fundadora de Women's Aid no aparece por ninguna parte en la historia de la organización que ideó y desarrolló. Una evolución de su pensamiento con el transcurso de las décadas y un análisis a tumba abierta de los resultados han llevado a Pizzey a la conclusión de que el feminismo tal y como es entendido por las virulentas activistas ya bien colocadas en el poder ha fracasado como consecuencia de su propia victoria. Y los hombres no son las únicas víctimas. De hecho, son las mujeres las que han salido más perjudicadas con una 'revolución' que ha trasladado el desastre a los hijos. Y eso sin contar con su seminal y revolucionaria distinción entre 'mujeres maltratadas' y 'mujeres proclives al maltrato', una distinción que ha provocado sueños de maltrato para la propia Pizzey por parte del feroz y ajado feminismo clásico incapaz de salir de sus propias inercias.

"Mujeres proclives a la violencia"

En 1981, Pizzey publicó un estudio en el que distinguía claramente entre "mujeres maltratadas" y "mujeres proclives a la violencia". Las primeras son simplemente "víctimas inocentes" en una situación de violencia que ellas no han buscado. Pero las segundas son "mujeres proclives a la violencia" que se ven envueltas en situaciones violentas ellas mismas dentro del hogar como consecuencia de su propia tendencia al conflicto y que, en consecuencia, se sienten "atraídas" a este tipo de relaciones. En 1982, su libro sobre las "mujeres proclives a la violencia" fue retirado y vetado en la red de refugios que ella misma había creado. A partir de entonces se recrudecieron sus denuncias sobre un feminismo "político" que sólo "busca financiación pública" y que, por tanto, asfixia cualquier análisis de lo que realmente está sucediendo.

Pero, ¿qué está sucediendo más allá de las pétreas feministas profesionales del inmovilismo oficial engrasado a base de millones de euros? Un reportaje de la BBC se introducía a tumba abierta en otro de los pocos frentes abiertos en la guerra de los agravios que divide a la humanidad en dos bandos enfrentados: ¿por qué ganan de media las mujeres menos que los hombres? Las feministas tradicionales continuaron con su monocorde runrún de discriminaciones, afrentas y manipulaciones de datos para exigir, precisamente, más "recursos", medidos estos en más millones para sus organizaciones. Pero Erin Pizzey se desmarcó una vez más. Fue más allá y volvió a exponer su teoría sobre el enorme fracaso de la 'revolución'.

Pizzey: "Nadie previó esto"

"Creo que la forma tradicional de la familia se ha desarrollado durante miles de años y funciona. Lo que vemos ahora son hombres desapegados de sus roles (tradicionales). Las mujeres han perdido porque ahora tienen que trabajar a tiempo completo. No tienen otra opción", afirma Pizzey en el reportaje. "No creo que nadie previera lo que la libertad de elección (entre el hogar y la vida profesional) podría provocar. Ha aprisionado a muchas mujeres. No tienen otra opción: tienen que trabajar duro y ahora sólo veo una exhausta generación de mujeres que intentan hacerlo todo". Y concluye: "Ha habido una guerra subterránea entre hombres y mujeres que ha sido ganada por las mujeres, pero ellas no se han dado cuenta en realidad de lo que han perdido".

La "guerra" abierta por el feminismo ha llevado a una "feminización" del hombre (ND) que le ha separado de sus papeles tradicionales en la familia y le ha acercado a los considerados como roles "femeninos" dentro de ella. Pero, ¿a qué precio? Y. en especial, ¿a qué precio para las propias mujeres?. Hablando de "hacerlo todo", es decir, de llevar una familia y, a la vez, una vida laboral y profesional, Erin Pizzey afirma: "Por supuesto, muchas mujeres pueden hacerlo, pueden tenerlo todo. Pero son una ínfima, ínfima minoría. El gran mito es que cuando los hombres fueran feminizados, todo cambiaría. Sí, ahora puedes ver a hombres empujando el carrito de un bebé y todo eso. Pero el 99 por ciento del trabajo aún recae sobre los hombros de una mujer, y eso es simplemente un hecho".

Los hijos violentos

Pizzey ha relacionado este "hecho" con la catastrófica educación de los hijos y con un fenómeno mucho más concreto que apoya con estudios en la mano: la propensión extremadamente violenta de los hijos que se crean fuera del ámbito familiar tradicional. "Creo que hay motivos para cuestionarse el cuidado de los hijos todo el día en jardines de infancia desde el principio de su vida", asegura al hilo de un reciente estudio realizado en Estados Unidos que concluye simple y llanamente que cuanto más tiempo hayan pasado los hijos pequeños al cuidado externo de la familia en sus primeros años, más agresivos y desobedientes se volverán cuando lleguen a primaria.

"No quiero hacer catastrofismo y que esto suene como que estamos desarrollando asesinos del hacha: no hay pruebas de eso. Sin embargo, lo que es importante es que han emergido esos datos (del estudio estadounidense), y eso incluso cuando era buena la calidad del cuidado infantil externo", añade Pizzey. La conclusión de la feminista -que siempre rechazó para sí misma ese calificativo, otorgado en sus tiempos de 'diosa' del feminismo internacional, ahora repudiada por quienes la elevaron a categoría de mito- es que las mujeres deberían permanecer en casa al cuidado de los hijos mientras los hombres trabajan fuera. De esta forma, muchos -y muchas- están pidiendo "retrasar el reloj" a los momentos anteriores a esta "exhausta generación de mujeres" que se encuentran con conflictos insalvables y una enorme auto-presión entre sus vidas familiares y laborales, con desastrosas consecuencias en ambos ámbitos, una de ellas, en el último aspecto, su incapacidad para competir en el terreno ultracompetitivo de los hombres y, a la vez, dejar abandonado el de las mujeres.

La ridiculización feminista: 'Cásate con un marido rico'

"Las mujeres tienden a muchas mejores relaciones con sus hijos y sus familias -y mejores redes sociales- que los hombres. De esa forma, cuando se ha acabado su carrera, los hombres han hecho más y han ganado más, pero en su retiro, las mujeres tienen unas vidas sociales más diversas", asegura Pizzey que, en ningún caso, relaciona los éxitos profesionales y con "las vidas más felices de las mujeres". De hecho, en declaración que vuelve a causar un enorme rencor entre el feminismo que la considera una traidora, Pizzey considera que, de todo lo que ha hecho en su vida -incluyendo la fundación del movimiento -ya universal- de defensa de la mujer maltratada en el hogar-, de lo que más orgullosa se encuentra es de haber sido "madre y abuela".

Su afirmación de que la familia tradicional "ha funcionado durante miles de años" ya ha hecho saltar de nuevo el odio de las feministas tradicionales que, con un indisimulado rechinar de dientes -similar al provocado por la candidata republicana Sarah Palin en las recientes elecciones presidenciales estadounidenses (ND)-, han recibido la nueva y subversiva descarga del pensamiento -y la experiencia- de Erin Pizzey en artículos del tipo del titulado "Cómo pueden las mamás ayudar a sus hijas a 'tenerlo todo': Anímalas a casarse con un hombre rico".



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