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Los hechos
Un truculento caso de violencia doméstica en una pareja de lesbianas
 

Una joven se enfrenta a 4 años de cárcel por maltratar a su novia, menor de edad

La acusada huyó con la adolescente a Zamora, aunque tenía una orden judicial de alejamiento; durante meses la golpeó y vejó, llegando incluso a raparle la cabeza

 
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Myriam MANCISIDOR

Un infierno de puñetazos, latigazos con un cinturón, golpes e, incluso, intentos de asfixia con un cable del teléfono es lo que padeció una menor de edad de Avilés de parte, presuntamente, de su compañera sentimental, una joven que responde a las iniciales S. V. P. y que ahora se enfrenta a cuatro años de prisión. Los hechos sucedieron en 2007. La imputada tenía entonces 20 años y la víctima sólo 16. Ambas se verán las caras esta mañana en el Palacio de Justicia de Avilés: lo que comenzó como una relación de amor entre dos mujeres concluyó en un calvario para la menor, pese al intento de sus padres en frenar los encuentros. El caso, calificado como un delito de violencia doméstica, quedará hoy visto para sentencia, aún con la reseca de la primera muerte por maltrato en un matrimonio homosexual, en Almería.

El ministerio fiscal data el comienzo de la relación en marzo de 2007, cuando los padres de la adolescente denunciaron que la joven había abandonado el hogar familiar en varias ocasiones, siempre para alojarse con la acusada. En ningún caso consta que S. V. P. obligara a la menor a huir de su domicilio, ya que con 16 años, según el relato de la fiscalía, tenía madurez suficiente para adoptar sus propias decisiones. Dos meses después de la denuncia que interpusieron los padres de la adolescente, el Juzgado de instrucción numero 5 de Avilés dictó un auto que prohibía a S. V. P. aproximarse tanto a la menor como a sus padres. Tampoco podía acercarse al domicilio, ni al lugar de trabajo ni al instituto de la adolescente. El fallo judicial les impedía, además, comunicarse. La relación sentimental se complicaba.

La menor, pese al auto, se fugó una vez más de su domicilio y viajó junto a S. V. P. a un pueblo de Zamora, donde permanecieron dos meses, el verano de 2007. El idilio dio un giro de 180 grados en tierras castellanas. La acusada, según el relato del ministerio fiscal, con ánimo de quebrantar la integridad física de la adolescente, la golpeó con sus puños y un cinturón en distintas partes del cuerpo. También le clavó un cuchillo en la pierna izquierda. Días después, S. V. P. golpeó de nuevo a la menor con un utensilio de hierro en la pierna derecha. Entonces, la pareja regresó a Avilés. El calendario marcaba octubre.

Las jóvenes se alojaron en el domicilio de la acusada. Y, de nuevo, el infierno. S. V. P. enrolló en la madrugada del día 4 el cable de un teléfono en el cuello de la menor, apretándolo fuertemente. Luego, según el fiscal, le propinó puñetazos en todo el cuerpo y, a continuación, le rompió y quitó sus ropas, le rapó el pelo y le conminó a abandonar el domicilio que compartían. Como secuela de la pesadilla que sufrió, la víctima tiene una cicatriz en una pierna.

El ministerio fiscal considera los hechos constitutivos de un delito de maltrato habitual, tres delitos de violencia doméstica y un delito continuado de quebrantamiento de condena. En total, pide para S. V. P. cuatro años de prisión y noventa días de trabajo en beneficio de la comunidad. Más aún, la fiscalía solicita para S. V. P. la prohibición de aproximarse a la joven en cinco años.

Tras la muerte de un hombre en Almería -el primer caso de violencia de género entre homosexuales casados que ha trascendido-, Xente Gai Astur puso en evidencia las lagunas de la ley de Violencia de Género, en la que un crimen como el ocurrido en Almería no tendría cabida, a pesar de producirse en el seno de un matrimonio. Esto no sucedería si el crimen se hubiera producido en una pareja de lesbianas, ya que la ley impone como requisito que la víctima sea una mujer, sin especificar nada sobre el sexo del agresor, explicaron.

En el caso de las jóvenes avilesinas, el fiscal considera a S. V. P. autora de un delito de violencia doméstica.

Relación sentimental

La acusada, S. V. P., nació en 1987 y la víctima, de la que se preserva su identidad, en 1991. Ambas mantenían una relación sentimental.

Marzo de 2007

Los padres de la menor denuncian el abandono del hogar familiar por parte de la adolescente en varias ocasiones, aunque no consta que lo hiciera obligada.

Mayo de 2007

El Juzgado de Avilés dicta un auto por el que se prohíbe a S. V. P. acercarse a la menor, que se fuga con su pareja.

De agosto a octubre de 2007

Las jóvenes se van a vivir a un pueblo de Zamora donde S. V. P. supuestamente agrede a su pareja. En octubre regresan a Avilés, donde, según la fiscalía, continúan los malos tratos.

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