La provincia lidera el número de tutelas compartidas en la comunidad aunque es inferior a la media nacional
 
Fotografía de archivo de una de las protestas emprendidas por los miembros de la asociación SOS Papá frente a la Catedral. M. MARCOS
A. Torres / León
Cada vez es más habitual que los padres leoneses 
separados o divorciados pasen con sus hijos los fines de semana alternos, un mes 
de vacaciones y algunos días festivos al año. 
La custodia de los hijos sólo 
se comparte entre los dos progenitores en siete de cada cien rupturas 
matrimoniales (7,3%), según el último informe publicado en el Instituto Nacional 
de Estadística (INE) relativo al año 2007.
Con todo, y a pesar de que en la 
inmensa mayoría de las separaciones registradas en la provincia es la madre la 
que obtiene la tutela de los pequeños, León lidera el número de custodias 
compartidas de la comunidad con 94 casos. Por detrás se sitúa Salamanca (66), 
Burgos (49), Soria (34), Valladolid (22), Segovia (18), Ávila (15) , Zamora (6) 
y Palencia (4).
La media nacional arroja el dato de que la tutela de los 
hijos es para el padre y la madre del menor en el 10,8% de las rupturas 
matrimoniales, una cifra que aunque se puede considerar baja es aún superior al 
recuento de custodias compartidas provincial –7,3%– y al cómputo regional 
–5,8%–, tal y como recoge el INE.
Otro dato relevante es que fueron 37 los 
padres que obtuvieron ‘en exclusiva’ la tutela de sus descendientes frente a las 
487 madres que la consiguieron cuando se disolvió su pareja durante el 2007. En 
el caso de las dos nulidades que se llevaron a cabo en este ejercicio en León, 
la decisión judicial fue que los hijos que nacieron en ambas uniones 
matrimoniales vivieran con su madre.
Reforma legal en 2005
Lejos de entrar 
en polémicas y más allá de los tópicos como “¿a quién quieres más: a papá o a 
mamá?”, lo cierto es que el sentido común y diversas asociaciones luchan porque 
los hijos puedan disfrutar de sus dos progenitores a partes iguales.
Un 
avance al respecto fue la Ley 15/2005, de 8 de julio, que reformó el Código 
Civil, introduciendo la custodia compartida (término incorporado de la normativa 
europea) en nuestra legislación, lo que podría inducir a que las tutelas para 
ambos padres sufriera un importante incremento.
A tenor de las últimas 
estadísticas publicadas se confirma que no ha sido así y el vicepresidente 
nacional de la asociación pro-derechos del niño SOS Papá, el leonés Juan Carlos 
Presa, lo ratifica. De hecho, afirma sin dudar que “me parece hasta mucho que se 
aplique la custodia compartida en siete de cada cien rupturas”, puesto que, como 
buen conocedor de la materia, asegura que “los privilegiados padres que 
comparten la tutela son una excepción”.
Mucho más complicado, relata Presa, 
resulta obtener la tutela compartida cuando el divorcio o la separación llega a 
los tribunales y la pareja no logra ponerse de acuerdo. “Hay que cambiar el chip 
porque se concede la custodia a la madre de forma automática”, apostilla muy 
crítico con la justicia.
Por tradición, a la madre
El responsable nacional 
de la asociación SOS Papá mantiene que todavía en el siglo XXI “se concede la 
tutela a la madre por tradición”, mientras que los padres deben seguir luchando 
hasta para conseguir que se les conceda más tiempo para estar con sus hijos en 
verano, buscando que se reconozcan las vacaciones escolares (más allá de los 
meses de julio y agosto).
Por otro lado, Presa argumenta que “existe un buen 
número de estudios que detallan los beneficios de la custodia compartida para 
los niños” y, pese a que no hay ninguno que se muestre en contra de la tutela 
para ambos progenitores, “la justicia sigue concediendo beneficios a la 
madre”.
Expertos en psicología infantil exigen para León un Juzgado de 
Familia que trate de forma especializada problemas como el Síndrome de 
Alienación Parental (SAP), un proceso psicológico llevado a cabo por uno de los 
padres y dirigido hacia los hijos para que éstos rechacen al otro progenitor sin 
justificación. 
De momento, se postula como uno de los avances más inmediatos 
que se pueden alcanzar para lograr la custodia compartida.