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Feminazismo
Al igual que el nazismo, el feminazismo utiliza el victimismo apoyándose en mentiras y datos falsos.
Al igual que el nazismo, el feminazismo promueve privilegios para un colectivo en detrimento del resto de la sociedad disfrazándolo de una falsa igualdad.
Al igual que el nazismo, el feminazismo instaura leyes discriminatorias juzgando a las personas en función del colectivo al que pertenecen en vez de juzgarles por los hechos cometidos.
El feminazismo no es sino una ideología totalitaria producto de los disparates de Hegel, Marx y Engels.
Desde el siglo XIX sus consecuencias han sido nefastas para todos quienes han tenido la desgracia de padecer regímenes basados en sus aberrantes ideas.
Empezemos sabiendo los criterios de una de sus principales ideólogas, Valerie Solanas y su manifiesto contra el varón, el manifiesto SCUM, según el cual hay que exterminar a los varones.
En el siguiente vídeo, de un reportaje de una televisión noruega, desmontan con sencillez las falacias del feminazismo.
Las leyes de género relegan al varón a la categoría de individuo sin derechos. Al igual que el nazismo privaba de derechos a los ciudadanos por el simple hecho de pertenecer a un colectivo, promulgando leyes discriminatorias basadas en falsedades, el feminazismo que padecemos sigue las mismas pautas y deja a los varones relegados a simples esclavos por el mero hecho de ser varones, argumentando las más variopintas mentiras.
Todo ello amparado en el derecho penal de autor por el cual se legisla y juzga en función del colectivo al que se pertenece y no por los hechos que haga el individuo.
Como toda ideología totalitaria no tolera disidentes ni opositores. Llegando al extremo de usar el orwelliano criterio del Ministerio de la Verdad para reescribir la historia y reeducar a los ciudadanos. Incluso reescribiendo los cuentos infantiles, tal y como propuso el Ministerio de desigualdad dirigido por Bobiana Aidolf.
La casi totalidad del argumentario feminazi no son sino disparates dignos de internamiento en hospital psiquiátrico.
Eso sí, el dinero público que no falte. Y de forma abundante.
La cuota anual es de 80 € (ochenta euros). Esta cuota da derecho a los servicios de la Asociación a unos precios por debajo del mercado, prestados por profesionales capaces y experimentados cuyo principal objetivo es acabar con esta situación de injusticia y maltrato institucional.
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